Regresamos con otro post sobre seguridad para centrarnos hoy en un manido consejo que, pese a estar extendido, como tantas otras cosas, no tiene por qué ser cierto.
Hablamos de la archiconodia recomendación de que para garantizar la seguridad en nuestros equipos y mantenernos alejados de “bugs” debemos mantener actualizado tanto nuestro sistema operativo como nuestras aplicaciones residentes. Y, por supuesto, asegurarnos también de que dichas actualizaciones provengan de una fuente “oficial”, es decir, de los propios fabricantes del software que estamos actualizando.
Bien, sobre el papel y a modo teórico, nada que objetar a tal consejo. Pero veremos que la práctica es otra cosa bien distinta.
Todo comenzó con dos autoridades en la materia contradiciéndose mutuamente y a través de sus posiciones tanto en redes sociales como a nivel público.
De un lado, Eugene Kaspersky, fundador y CEO de la empresa de antivirus que lleva su apellido (que dicho sea de paso, sabe lo suyo de esto de la seguridad online) no dudó en posicionarse a favor de las actualizaciones oficiales como primera y elemental línea de defensa de cara a mantener nuestros equipos lo más protegido posibles.
En la otra esquina del ring, tenemos a John McAfee, también fundador de la otra gran compañía de software antivírico que también lleva su nombre (y que cada vez que abre la boca dispara contra todo lo que se mueve y también sabe lo suyo en materia de seguridad). En este caso, no dudó en criticar precisamente las actualizaciones de software oficiales como otra puerta más de entrada de basura y peligros para nuestra privacidad y seguridad en las comunicaciones.
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